Durante el verano de 1973 me estaba quedando en la granja de mi padre en New Hampshire, y fue allí donde llego el telegrama en Septiembre.
Mi padre y mi madrastra , mostrándose preocupados, me buscaron cuando yo regresaba de hacer las compras en el pueblo. Papa dijo, “Este telegrama acaba de llegar de India, no le entiendo, pero lo copie palabra por palabra como me lo dictaba el operador”
“A la 1:15, el 11 de septiembre, Babaji dejo su bojhay (sic) en Vrindaban…” El telegrama seguía con algunos detalles. Mi papa me pregunto, “¿Qué significa?”
“Significa” le dije, “que Maharaji murió”.
Ellos inmediatamente trataron de consolarme o al menos ser empáticos, pero sus palabras parecían raramente irrelevantes, porque yo no sentía absolutamente nada- no estaba ni feliz ni contento. No había un sentido de perdida. Igual y estaba atontado. Una pareja con problemas familiares me estaba esperando, así que fui y me senté con ellos y les ayude a resolver sus enredos de amor y odio. Por momentos en la discusión, mi mente se iba y pensaba, “Maharaji no esta en su cuerpo, no es eso algo extraño”, o “¿Me pregunto que pasará ahora?” pero empuje esos pensamientos de lado y obligue a mi consciencia a regresar a la tarea en manos, lo que tuviera que venir, no tendría sentido parar el servicio hacia otras personas.
Durante ese día y muchas veces después de eso recordaba las palabras del gran Ramana Maharshi. Cuando él estaba muriendo de cáncer y había demostrado tener poder de salvar a otros, y ahora sus devotos le rogaban que se salvara a él mismo. Se seguía negando, y ellos lloraban, “No nos dejes, no nos dejes,” a lo que él respondía, “No sean absurdos. ¿A donde podría ir?”
Después de todo, ¿a donde podría ir Maharaji? Yo lo tenia en mi corazón.
Yo había vivido con el momento a momento y aún así no con su cuerpo físico presente- Así que ¿De verdad habría alguna diferencia? No estaba seguro.
Cuando la pareja se marcho, comencé a llamar a otros devotos en Estados Unidos y en Canadá y les pedí que llamaran a los demás. Fue acordado que aquellos dentro de en un radio de entre 300 y 400 millas me acompañarían en New Hampshire. Al siguiente medio día veinte de nosotros nos habíamos juntado. Fue una reunión muy peculiar. Estábamos todos un tanto atontados con la noticia y muchos estaban llorando, pero al mismo tiempo estábamos felices de estar juntos y sentíamos la presencia de Maharaji muy fuerte con nosotros.
Cocinamos una comida grande, la cuál comimos alrededor de la fogata, pero antes de comer subimos a mi cuarto y nos sentamos en mi mesa de puja y meditamos haciendo arti.
Mientras todos cantamos el rezo en Sanskrit, tomamos turnos ofreciendo la luz ( en la forma de la llama de la vela) mientras la movíamos ante la foto de Maharaji. Después de mi turno me fui hacia la parte trasera del grupo y observe. En el reflejo de la luz de las velas vi las caras de mis hermanos y hermanas del guru y vi su expresión de amor y de pureza en sus corazones. Y finalmente pude llorar- no de tristeza de la perdida , pero de la presencia tan pura y amorosa que es Maharaji y la cuál sentí en esta reunión de corazones.
– Ram Dass, extracto de Milagro de Amor: Historias Sobre Neem Karoli Baba
Imnpresionante. Nadie muere en nuestros corazones.
Gracias